sábado, 3 de septiembre de 2011

Tradición y Vanguardia: el único camino


Por distintos motivos y divertidas casualidades he escuchado y leído, entre ayer y hoy, reflexiones distintas pero complementarias de dos artistas únicos e incontestables, el cocinero español Ferrán Adria (Hospitalet de Llobregat, 14 de mayo de 1962) y el músico y compositor argentino Astor Pantaleón Piazzolla (Mar del Plata, 11 de marzo de 1921 - Buenos Aires, 4 de julio de 1992), ambos innovadores radicales de sus respectivas disciplinas.


Cuando en 1950, conservadores recalcitrantes y hoy afortunadamente olvidados, —que lo consideraban «el asesino del tango»— decretaron que sus composiciones no eran tango, Piazzolla respondió con una nueva definición (1954) que le cerró las puertas de gran parte de la industria musical argentina:


Sí, lo que yo hago es música contemporánea de Buenos Aires. Sí, es cierto, soy un enemigo del tango; pero del tango como ellos lo entienden. Ellos siguen creyendo en el compadrito, yo no. Creen en el farolito, yo no. Si todo ha cambiado, también debe cambiar la música de Buenos Aires. Somos muchos los que queremos cambiar el tango, pero estos señores que me atacan no lo entienden ni lo van a entender jamás. Yo voy a seguir adelante, a pesar de ellos. (http://www.youtube.com/watch?v=tPW0i-6MoY8&feature=related)


Con relación a Adriá (http://www.elbulli.com/), reconocido por la revista norteamericana Time “uno de los 10 personajes más innovadores del mundo” en el año 2004, me apetece referirme a la entrevista que le hizo Juan José Millás y que hace pocos días ha re-emitido Canal + (Conversaciones Secretas). En el programa explica sus casuales inicios y la manera en que su trabajo es fruto de las referencias culinarias de su entorno mediterráneo, del estudio previo de la nouvelle cuisine francesa, de su admiración por lo que en los años ochenta del siglo XX se llamó nueva cocina vasca (y en especial del trabajo de Juan Mari Arzak) y de una inquietud, curiosidad e investigación constante.


Al final del programa, después de visitar el mercado municipal de Roses (población donde se encuentra el restaurante), Millás y Adrià finalizan su recorrido en la plaza de Sant Pere, en la cafetería “La Sirena”, donde empezó la relación del cocinero con El Bulli y allí confiesa sus planes de futuro:


Vamos a seguir hasta 2020 de una manera diferente, más radical, los formatos van a ser cambiantes”. Adrià no quiere hablar de la palabra “cerrar”, simplemente afirma que “en 2012 no abriremos".


En cualquier caso, la búsqueda de la vanguardia es, cada vez estoy más convencido de ello, el único camino para alcanzar la supervivencia, la permanencia o la simple felicidad de quienes intentamos adornar de lenguaje artístico lo que es o pudiera ser, casi exclusivamente, producto del conocimiento de una técnica, el manejo talentoso de viejas o recientes referencias o el conocimiento previo de un amplio catálogo de trucos, guiños y sensaciones.


Luis Cercós (LC-Architects)

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