lunes, 13 de febrero de 2012

Muchacha Ojos de Papel o el Loco Fermín

En Europa, al menos en los países de Europa que yo conozco, sería o es impensable un jefe de Estado o de Gobierno a la manera de los que estoy viendo y escuchando en América del Sur. Jefes y jefas que no tienen miedo de hablar de lo que sienten y que, al margen de los asuntos propios de la vida política, comparten con sus gobernados (ya sean fieles o no) sus sentimientos y emociones. Lo he visto en Venezuela y lo veo en Argentina. Y me encanta.

El miércoles pasado murió un capo de la música pop argentina, Luis Alberto Spinetta, El Flaco Spinetta. La presidenta de la nación, en su discurso del día siguiente al del fallecimiento, hizo una larga y emocionante alusión al compositor y cantante:

Quiero terminar recordando a alguien que se nos fue, otro Flaco, que para mí tiene connotaciones, como para todos los de mi edad, muy especiales. Anoche estábamos trabajando con algunos funcionarios en Olivos cuando nos dijeron “murió El Flaco Spinetta”. Lo primero que me vino a la cabeza fue la tapa del disco de Almendra, que era un arlequín … la que salió hoy por la mañana en (la portada) de Página 12, casi me pongo a llorar cuando la veo hoy a la mañana … Me acordaba de ese vinilo, me hicieron acordar de la lágrima, yo no me acordaba, con la flecha esa de goma, hasta los colores me acordaba. Sé que la canción icono era “Muchacha ojos de papel”, que nos hizo soñar y ser románticos a todos y a todas, y que todavía me hace soñar, pero yo me acordaba de otra que es menos conocida, que es “Fermín”, y está en el LP. Sí, en el LP (long play), le decíamos LP, la verdad, para qué voy a andar disimulando (sobre la edad que tengo). Aparte El Flaco tenía la misma edad de mi flaco (su marido fallecido, anterior presidente de Argentina). ¿Del “50, no, era El Flaco? Y me acordaba de cuando vino acá a dar recitales en el Salón Blanco (que tenemos que retomar, Parrilli …, tenemos que retomar los recitales del primer viernes de cada mes en el Salón Blanco, por favor, lo vamos a hacer). Y Néstor me acuerdo que lo agarró al Flaco Spinetta y lo sentó en el sillón del presidente. Él tenía esa costumbre, le encantaba. La gente no quería, primero, y él los agarraba y les decía “vení sentate. Se sentó cada uno acá, por qué no te vas a poder sentar vos. Porque más importante que un presidente es cualquier argentino”. La verdad que, más allá de los sufrimientos particulares, hoy se nos fue un cacho de juventud. Almendra y él, que era un poeta, fue el símbolo de toda una generación, como lo fueron Charly y Nito Mestre con Sui Generis, y como fue Vox Dei. La verdad que ayer cuando me dijeron que se había ido, yo dije: “La gente como él no muere. La gente como él se va” (aplausos). Cuando alguien puede dejar testimonio de lo que hizo en su paso por la vida … al Flaco Spinetta lo vamos a recordar siempre cuando cantemos “Muchacha ojos de papel”, el Loco Fermín o el de la Soledad (…) Chau Flaco, ya nos vamos a ver seguramente. En algún momento”.

Página 12 – Viernes 10 de febrero de 2012 – página 23.

Yo no conozco la obra del Flaco Spinetta, pero cambio su nombre por cualquiera de los autores que fueron importantes en mi juventud y me siento cerca de todos aquellos que el pasado miércoles vieron marchar un pedazo de sus vidas. O como diría el cronista, ¿por quién doblan las campanas? Casi siempre por todos los que aquí quedan.

Luis Cercós (LC-Architects)

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