domingo, 14 de julio de 2013

Pastores, Marineros y Viajantes de Comercio.


Lo acabo de releer. Transcribo una página completa, muy breve, de "El Alquimista", uno de los pocos libros con los que salí de mi antigua casa. No es alta literatura, pero yo sabía que en esas páginas encontraría un camino, un consuelo y, sobre todo, una esperanza.

Ahora faltaban apenas cuatro días para llegar nuevamente a la misma aldea. Estaba excitado y al mismo tiempo se sentía inseguro; tal vez la chica ya se hubiera olvidado de él. Por allí pasaban muchos pastores para vender lana. 

- No importa -dijo el muchacho a sus ovejas-. Yo también conozco a otras chicas en otras ciudades. 

Pero en el fondo de su corazón, sabía que sí importaba. Y que tanto los pastores, como los marineros, como los viajantes de comercio siempre conocían una ciudad donde había alguien capaz de hacerles olvidar la alegría de viajar libres por el mundo.