martes, 8 de julio de 2014

A propósito de éxito y fracaso


Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia. Rudyard Kipling, en su poema "If". 
He visto el partido, como casi todo el mundo, pues una semifinal de Copa del Mundo es un evento de dimensiones mundiales. El fracaso de Brasil, la selección con mejor palmarés, es para muchos diarios de mañana, "la mayor humillación en la historia del fútbol, por encima del "maracanazo". 
Brasil venía jugando mal y podría haber sido eliminado mucho antes. Esto me hace pensar que los muchachos que hoy han salido al campo serán por siempre recordados. No bien recordados. Algo que no habría ocurrido si hubiesen caído antes. Un batacazo al fin y al cabo. 
El caso es que el éxito de hoy puede suponer la dura caída de mañana, o que lo que hoy parece ser mala suerte, es quizá mejor suerte de lo que en una primera lectura pudiera parecer. 
Julio Cesar, el portero brasileiro tuvo la gallardía de ponerse ante las cámaras y asumir con palabras acertadas la situación y la derrota. Un deportista, me ha parecido. Nada que ver con su director técnico, un arrogante mayúsculo que se ha vuelto a equivocar, bajo mi punto de vista, en la rueda de prensa posterior al partido.