viernes, 10 de octubre de 2014

Elizabeth Holmes (Washington D.C., 1984)



Esta mujer, aunque lo parezca -por su negra forma de vestir- no es arquitecta, sino fundadora y directora de una empresa de análisis médicos -básicamente de sangre- que fundó una empresa con 3.000 dólares que hoy tiene un valor de 9.500.000. Y ella, con el 50% de las acciones, tiene una fortuna estimada de la mitad de ese valor.

Pero lo que me ha llamado la atención de ella ha sido el nombre de su empresa, Theranos, una palabra compuesta a partir de las unión en inglés de "terapia" y "diagnóstico". Y ese diagnóstico, para que sea universal y preventivo debe ser sencillo. Ella tuvo una intuición: se pueden detectar de forma precoz enfermedades graves a partir de un kit de análisis similar al que usan los diabéticos. Sí, un análisis a partir de una mínima gota de sangre.

Salvando las distancias, hace ya varios años que nosotros practicamos un sencillo método de caracterización de materiales a partir de pequeñas muestras obtenidas en los edificios antiguos. Si los sistemas de diagnóstico de edificios son caros, complejos o muy complicados, serán inviables y el proyecto habrá de redactarse a la manera tradicional, con un alto índice de error.

Pero si los análisis son mínimos (en precio, en complejidad técnica y en plazo) pueden ser abordados por los propietarios de forma simultánea a la redacción de los proyectos.

En conclusión: solo lo que es viable, es verdaderamente posible.

Luis Cercós
Atelier du Patrimoine
Santiago, Chile
Buenos Aires, Argentina
Río de Janeiro, Brasil
Madrid, España

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